¿Y dónde la encuentro?

El tiempo pasa muy rápido. Ya tengo 33 años y estoy soltero.

El sábado refleccioné sobre esto en el matrimonio de mi primo. El también tiene 33 y me mostraba, en su borrachera, muy feliz su anillo de bodas. La esposa también saltaba de felicidad, ella también de mi edad.

Llego un momento en que pusieron música y todos salieron a bailar. La alegría de las parejas en la pista de baile era indiscutible. Mientras que yo, sólo en la mesa, me veía como aquel quinceañero tonto que no se atreve a acercarse a una chica. Claro, al final salí a bailar con parte de mi familia, pero no era lo mismo.

Estar soltero tiene sus pros y sus contras.

Los "pros" giran en torno a que puedes hacer lo que quieres cuando quieres, no gastas plata más que en tus intereses y no tienes que estar dejando a nadie en su casa. Pero por otro lado sus "contras" radican en que llega un fin de semana y no tienes con quien salir. A veces sales con una amiga y otras simplemente te las ingenias para no aburrirte...que es lo realmente triste.

No sé si es generacional esto, ya que muchos de mi edad están pasando por lo mismo que yo, pero en mi caso creo que fue algo así como que "dejé pasar la vida sin percatarme que se iban los años". Los viví bien eso sí. Mucha música, muchas reuniones, mucha gente, muchos sobresaltos.

Y aún cuando me veo al espejo me sigo viendo jóven; no tengo canas y las pocas arrugas que tengo son producto de mi sonrisa. Pero cuando entro en razón que ya soy director de una agencia de publicidad, tengo gente a mi cargo de 21 a 25 años y algunos me tienen más respeto cuando digo mi edad, entonces recién me doy cuenta que los años están pesando.

De mis relaciones. Uf, que contar, pasarían por aquí miles de historias, una más increíble que la otra. Ya que la última vez que pensé enamorarme de verdad todo se puso en nuestra contra (tanto para ella como para mí). Pero también sé que hasta hace unos meses no había tomado conciencia real de mi comportamiento. Después de terminar a mis 24 años con una chica con quien deseaba casarme (acabé porque me vino un miedo a "sentirme preso" como yo decía) fue un choque tal para mi familia que decidí no presentar a nadie hasta que considere que "era la persona". Otra gran mentira porque desde ese día con ese pretexto tuve una relación larguísima pero nada estable y luego otra relación extrañísima y poco convencional. Siempre corriéndole un poco a lo seguro.

Y aquí viene lo otro: creo que uno tiene que ser egoísta a veces consigo mismo, pero no siempre. En mi caso desde joven estudie teatro, arte, publicidad, literatura, etc... y luego quise vivir la vida al máximo. Por eso el otro día recapacité sobre mis relaciones amorosas y vi en ellas una pizca de egoísmo de parte mía. Ya que finalmente por más que he tenido relaciones de largo aliento. Una de 4 años, la otra de 3 años y la otra de 5 años, al final siempre primaron mis deseos de ser libre y "no sentirme preso". Creo que la última relación que tuve fue una patada a mi egoísmo y me hizo recapacitar sobre la vida, (la actitud que tomé era muy infantil), ya que sufrí 2 años en una relación a distancia. Les recomiendo que nunca, pero nunca lo hagan. No hay nada como algo presencial y en la distancia uno si sufre de verdad.

Ahora que me veo, con 33 años, soltero y sin ningún compromiso pienso detenidamente las cosas. Ya reflexioné y pedí perdón por algunos actos "que juré ya no volver a cometer" . Y limpio de todo tipo de ataduras amorosas empecé a suspirar de nuevo.

No sé, me siento como un chiquillo de nuevo, pero esta vez conciente de que el tiempo del egoísmo lo he tirado a la basura. Por mi bien y mi futuro.

Voy por la vida soñando y soñando con una chica que esté a mi lado. Hasta hace un tiempo sólo deseaba gratos momentos de sano exparcimiento pero ahora ya no. Ahora deseo estar con alguien a quien amar y con quien compartir mis cosas. No crean que es fácil estar solo. Es dificil pasar un fin de semana sin nadie a quien contarle tus cosas y que te de consejos o simplemente que te tome de la mano. Lo sentí durante un tiempo prolongado donde el internet era la única herramienta con la cual conversar. Las palabras de amor y los corazones virtuales nutrían nuestros corazones, pero faltaba aquella caricia, aquel beso. Y es triste.

Aunque no me arrepiento de nada, porque sé que sí queríamos vernos, pero nunca se dio y ella finalmente encontró a otra persona en su vida.

Escribo todo esto sin ningún sentimiento ya del pasado. Sólo como un proceso que me ayudó a curar mis errores de comportamiento para no volver a cometer los mismos. Me da una envidia sana a veces ver como tan fácilmente algunos amigos están con pareja mientras que yo no. Veo los perfiles del facebook "en una relación" y me digo; algún día me tocará a mí. Pero ¿donde la encuentro?. Mi proceso de auto aceptación ya empezó y sobre todo, de admitir mis errores para no cometerlos más.

Estoy en un proceso de soledad, pero de esa que te hace suspirar. Es lindo la verdad, porque no sentía ese sentimiento hace tiempo, lo difícil es estar enamorado sin tener a nadie cerca, porque te quedas pegado horas de horas sin saber que hacer ni que decir.

Por eso opté por lo mejor, regresar a mi deporte. Me había subido mucho de peso por la tensión de mi relación a distancia. Tanto que mi barriga se transformó en una pelota gigante. Pero con esfuerzo y dedicación ingresé a hacer artes marciales, a correr y baje 11 kilos. Después de cada entrenamiento me siento relajado y me vienen nuevamente las esperanzas de estar con alguien al lado.

Vi mis post iniciales y recordé que al comenzar este blog pasaba por una etapa similar. Claro, no es bonito ver eso y comprobar que en el presente, 4 años después, sigo igual, pero bueno... Siempre hay una oportunidad para cambiar de ruta y ser feliz.

¿Madurez? ¿Crísis de los 30?. No sé en verdad. Sólo sé que estoy suspirando como antes de enamorarme por primera vez, pero con la convicción y los pies bien puestos en la tierra, que si ahora me enamoro ya no tengo ninguna excusa para alejarme. Creo que ya viví lo suficiente.

Sólo sé que seré realmente feliz, y eso no saben que paz me da.

Les regalo una de mis canciones favoritas. Recuerdo que en 1999 la escuché en la combi, cuando regresaba de la feria del hogar y me quitaba con mi pata a la noche de barranco, donde generalemente se armaban los tonos. Allí él se enamoró de una chica con la que bailaba y bailaba y yo quedé hipnotizado por la "chica de amarillo" ¿que será de su vida?...esos tiempos...