miércoles, diciembre 22, 2021

Itinerario antes de acabar el año 2021

 Despertar un día cualquiera, sin la presión del mundo, sólo andar, sacar al perro, respirar, estar en silencia, sin que nadie te diga nada. En casa todos duermen, en el trabajo sigue la acción pero tu estás de vacaciones y no hay nada que te pueda distraer de ser feliz, 

Un miércoles como hoy de hace 20 años ni pensaba en tener familia ni estar fuera de la casa de mis padres, pero como todo, evolucionamos y ahora estoy en otro estado, mucho más consiente de las cosas, con un amor profundo hacia lo que me ha tocado vivir. 

Estaremos cada vez más pasados en años pero el espíritu no envejece, no las ganas.

Aún me siento ese chibolo de 20 años que hacía teatro y viajaba. Ahora a mis 45 creo que varias de mis metas se han cumplido y que debo seguir para adelante, siguiendo el sendero que se me marca todos los años y tratando de dar siempre lo mejor.

Se acaba este mes, y con él el año que vino como una locomotora, pero sé que el otro año las cosas saldrán muy bien. Lo tengo más que seguro, así que a dar siempre lo mejor

Feliz 2022, que todos tus sueños se cumplan


miércoles, diciembre 15, 2021

UN DÍA CUALQUIERA NUNCA ES CUALQUIER DÍA

Pongamos un lunes. Tiene una pinta de lunes increíble, porque después de un domingo descansado y casi ocioso, se despereza y trata de sacudirse la flojera para enfrentar el trabajo nuevamente y este lunes cualquiera, que comienza despacio, como a regañadientes y con un “boost” de café (“a la vena”, como decía un amigo), empieza a traer novedades que van amontonándose: Un aviso para periódico de aceite comestible, sin nada más que una descripción del producto, que “aclara” que es aceite comestible y 100% de origen vegetal y una foto del nuevo envase. Junto con esa “orden de trabajo” llegan otras tres, que son para un comercial de radio para el dentífrico cuya cuenta publicitaria llevamos y el texto para un folleto explicativo de lo que es una especie de roldana para izar las redes de pesca, para un público bien específico. Dentro del sobre de esta “orden” hay una descripción del producto y varias fotos del mismo “en acción”, bolicheras y redes llenas de pescado.

 

Llaman a “reunión de los lunes” donde nos juntaremos ejecutivos de cuenta, redactores, directores de arte, el gerente y por supuesto, el encargado de coordinación, para hacer una revisión de lo hecho la semana que pasó, revisar si es que hubo algún problema y planificar la semana que empieza, alertando si hay alguna urgencia o algo especial.

 

Más café, casi todo el mundo fuma y yo preparo mi primera pipa del día. Charla insustancial al principio, para después ir “calentando” el ambiente, que es bastante perezoso. Felizmente todo ha ido bien y no hay reclamos ni demoras. Increíblemente, el coordinador no se queja de nada y cada uno habla brevemente, si es que dice algo. Hay que prepararse, porque el cliente más grande, que nos confía una línea completa de cosméticos, quiere una reunión para plantear sus necesidades. El ejecutivo de la cuenta dice que es algo institucional “pero vendedor”. Yo lo miro con cara rara, porque no es común que las dos cosas vayan juntas…

 

Las tazas están vacías, los ceniceros llenos y la reunión termina. Cada uno va a su escritorio o a su tablero y Rodrigo va a limpiar la sala de reuniones (no sé qué haríamos sin Rodrigo “El Múltiple”, que es conserje, ayudante de ocasión, mensajero de tarde y campeón de la limpieza).

 

Este lunes que prometía ser un día cualquiera, no ha hecho sino empezar y va a ir tomando velocidad –esa velocidad tan propia de la publicidad, donde todo es “para ayer”- convirtiéndose en una especie de torbellino que en mi caso va a ser escribir, escribir, escribir, imaginar cosas, aprender cómo funcionan las roldanas famosas, café, una pipa más, una pausita para un sandwich del restaurante que hay en el primer piso y nos hace “delivery” en cualquier momento, comido en el escritorio, más café y a seguir escribiendo.

 

Cada uno está en lo suyo, hay un par de reuniones de los ejecutivos con sus clientes y los directores de arte dibujan (no hay computadoras todavía), los redactores escriben o miran al techo y el coordinador se pasea entregando órdenes de trabajo”, chequeando que se estén cumpliendo las fechas.

 

Es un día cualquiera, pero no es cualquier día, porque como a las seis de la tarde, el gerente entra al departamento creativo y nos dice que ganamos la cuenta. Esa, para la que hicimos la presentación hace dos semanas. Todos sonreímos y hay aplausos. En realidad, lo que nos espera es más trabajo. Cliente nuevo. Pero eso es lo que nos gusta. Por eso estamos en publicidad …

 

 Manolo Echegaray

Imagen: https://agustinasmisioneras.net/wordpress