martes, mayo 30, 2006

Retornar a las calles

Avanzo entre la gente, hay algo que hacer, cruzar las pistas, esquivarse los alocados autos que quieren transpasar al de adelante, respirar las conversaciones nocturnas, escuchar las bocinas, confundirte entre la gente, y tú allí, cansado por el día de trabajo, esperando poder llegar a casa para reposar, sacarte los zapatos y tenderte en la cama un segundo.
Luego cruzas más calles, y sabes que pronto llegaras, las luces te muestran el ambiente, te llevan a tantos años pasando por el mismo lugar, antes niño, antes adolescente y ahora regresando del trabajo. Tus vecinos se van haciendo viejos contigo, las casas cambian de color, hay algunas construcciones nuevas pero igual te sientes en familia, sientes que esas calles te pertenecen y que siempre podras regresar de cualquier lugar y estarán allí, recibiendote con los mismos pasajes e invitandote a que te recuestes en algun murito y que pase por tu mente mil escenas, como aquellas en las que jugabas sin zapatos por toda la quinta porque sabias que era como tu gran patio con tus amigos como complices . Que será de ellos, los pienso mientras estoy por llegar a la casa, tuvieron que partir, dejando todo igual, las mismas calles, la familia, los recuerdos.
Algunas casas han sido ocupadas por otras familias, pero el barrio te pertenece, siempre lo hara, aunque viajes lejos, aunque quieras tomar otro aire. El barrio siempre será tu gran patio. Ya oscurece, el tiempo se va terminando, debo aprovechar las horas que me quedan, hay mil cosas por hacer esta noche, relajarme un rato, pero por ahora, me echare a dormir en la misma cama que hace unos años no hubiese intuído que yo estaría trabajando donde estoy ahora y que me recibe como siempre lo hizo, complice del tiempo y de mis sueños diurnos y nocturnos.
Más tarde será otro día, aunque a veces los días son iguales, tú te adueñas de ellos para sentir que tu casa es la vida y sigues avanzando y descansando un instante para retornar de nuevo por el mismo camino que te lleva al trabajo, donde esperas a que termine el día otra vez, y retornas a tu guarida, retornas a tus calles, retornas a tu casa.
Y así, sigues tuteandote con el tiempo...

6 comentarios:

Diana L. Caffaratti dijo...

Mirada sobre la ciudad que habitas y la vida que llevas en la piel.
Me agrada ese tuteo con las cosas y los hechos de todos los días.La frase "pero el barrio te pertenece; siempre lo hará, aunque viajes lejos, aunque quieras tomar otro aire. El barrio siempre será tu gran patio.",resume magníficamente ese sentimiento.

El Bosco dijo...

Nunca he tenido demasiado apego a las cosas, ni a la casa, ni al barrio, ni a la ciudad. Quizás tenga dentro de mí algo del desarraigo propio de la mezcolanza de pueblos que es mi país.
Pero, pero después del día de trabajo volver a casa a tomar una ducha, sacarte los zapatos, leer algo y tumbarte (o al revés), es algo que no tiene precio. O tal vez sí lo tiene, porque a mí casi me da lo mismo un hotel.
Estupendo post.

Carlox dijo...

ah cotidianeidad... a mí no me viene a la memoria un barrio en especial, ni una casa en especial... hasta ahora sigo en constante movimiento.

saludos. gracias por la visita ;)

Deicidio dijo...

Ando peleando con la cotidianeidad, a diario, casi siempre gano.

PELO-PON-ESO dijo...

los recuerdos de la infancia, que hermosos y que fugaces, pareciera como si hubiera sido parte de un sueño, de esos sueños imborrables y unicos
saludos a todos, y gracias por lo que escriben

PELO-PON-ESO dijo...

los recuerdos de la infancia, que hermosos y que fugaces, pareciera como si hubiera sido parte de un sueño, de esos sueños imborrables y unicos
saludos a todos, y gracias por lo que escriben