Cada Domingo al levantarme, mis ojos no quieren abrirse y una sensación única inunda mi cuerpo. Será que llegan a mi mente los recuerdos del día anterior como una película interminable o que la simple sensación de saber que ese día descansaras te ayuda a relajarte y no querer levantarte de la cama. Y así, desarmado entre las sabanas, te haces a un ladito y sólo piensas en seguir durmiendo... aunque hay domingos y domingos...
Algunos, tengo que despertar muy temprano y otros como hoy, puedo quedarme hasta tarde, echado en la cama y soñando despierto. Tus ojos no se quieren abrir y la sensación de cansancio y relajo te invade. Luego, cojo el telefono y sin pensarlo siquiera marco lentamente el número y llamo a mi cara Bonita para desearle un buen día. Hablamos unos minutos que se vuelven eternos, cuelgo mal el telefono y aún con el sueño rico que me acompaña, cierro los ojos y me cobijo entre las sabanas otra vez.
El desayuno puede esperar, quizas se vuelva almuerzo, y no importa si es de día o de noche, simplemente es un día domingo, donde me siento muy tranquilo y quiero dormir.
1 comentario:
uyyy mi amor
q rico suenan esos domingos.
yo por el trabajo ya no tengo domingos
ni sabados , ni ningun dia disponible para eso
pero bueno , al menos tu descansas por los dos
te amo
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