lunes, agosto 14, 2006

De retorno a mi universidad

Es cierto, retorno a mi alma mater de nuevo entre sanguches de a sol, combis asesinas y una peña que inauguramos pero que no seguimos. Es decir, después de un ciclo que deje la carrera a medias, involucrarte nuevamente en tus libros, el chino decano que este ciclo si le pongo cabe y el ambiente universitario es buenisimo, sobre todo porque sientes que poco a poco vas llegando al fin de tu carrera, pero (porque siempre hay un pero) todo sería bueno si no hubiera que pasar por los engorrosos y burocráticos papeleos para actualizar tu matrícula.
Es decir, pedí permiso en mi trabajo todo un día que terminaron descontándomelo y me fui desde tempranito a mi universidad, salude al señor de la puerta que me conoce desde la pre y fui de frente a mesa de partes. La señora que atiende que debe tener más años que la momia Juanita porque la veo desde que comencé todo me dijo que lea los requisitos que estaban en una hoja pegada a la pared. Esta decía: 22 soles por constancia de no adeudar y 75 soles por derecho a actualización, un total de 97 soles solo por el hecho de que la universidad se entere que estas vivo para los estudios. Separe mi billete, pague mi taxi de s/3.50 de ida hasta la otra sede, hice la cola respectiva despues de un orden que parecía desorden, me dieron una cartulina cafe con desanimo y de nuevo me mandaron a que continue el papeleo en mi facultad. Saque otros s/.3.50 más, es decir, un total de 7 soles sólo en taxis. Llegue a mesa de partes, le entregué el recibo y la constancia a la señora Juanita y me fui a apuntar los cógidos de los cursos. Es terrible apuntar porque hay muchos como tú con su lapicero que estan disputando el espacio, pero al final apuntas aunque sea agachado o parado encima de la mesa. Una vez terminada esa faena quise ver cuanto tendría que pagar, hice mi cola, entre mamás que matricularían a sus hijos y señores gritones, y la señora que estaba en caja, otro especimen en extinción me dijo: derecho a la firma del profesor s/4 soles para que autorice tu papel. !Que! dije, nunca me habían cobrado por esa firma, pero igual ante el rostro parco de la señora me trague otra cola y pague los 4 soles. Ya eran las 11 am, casi dos horas y media invertidas entre taxis de idas y venidas para obtener mi anhelada actualización de matricula y mucho billete al contado de 100 en 100 soles engrosando las cajas de mi universidad no me habían resuelto aún nada.
Conclusión: los 4 soles se fueron al agua porque el que firmaba me dijo que no era necesario y la señora de la caja agregó que no me diria nada hasta que salga la resolución en una semana sabiendo que comienzan las clases el lunes. Un enredo total, plata pagada por gusto y muchos reclamos al aire que al igual que otro amigo tuvimos que asumir por haber dejado un ciclo de la carrera. Mi amigo sigue llevando el curso de informatica II en el que lo conocí hace 2 años y yo, observandolo todo timidón esquivando su vista de la mía, en el fondo agradecí por haber avanzado de a poquitos en la carrera. Algo es algo y de a pocos se llega creo yo, aunque cuando hay burocracia de por medio que te hace los trámites dificiles, eso siempre es dificil de saberlo.

2 comentarios:

Diana L. Caffaratti dijo...

Leo tu artículo recordandome que cada año que pasan de mi ejercicio docente, me voy aproximando a la momia que describes en la universidad...Si hasta creo que los alumnos nuevos me han de imaginar con el sarcófago a cuestas!
La burocracia que tenemos los países latinoamericanos ( y los demás también)niega la eficacia de la tecnología por la que se supone que apretando botones y enviando señales digitales se solucionaría todo con eficacia y rapidez.
Celebro que retomes tu carrera y detesto que por trámites que involucran tus estudios de grado te descuenten tu día de trabajo. Es el mundo indiferente el que a veces nos hacen bajar los brazos.
Percebera y triunfarás...

PELO-PON-ESO dijo...

muchas gracias por los comentarios, y definitivamente nunca podras ser comparada a las señoras de mesa de partes y tesorería de mi universidad, son lo más parcas y poco sensibles que puede existir,
saludos
Joan