Por tus labios aprendí que no hay mayor fuego que el que me das cada instante en que juntamos nuestros cuerpos y nos hacemos uno en la danza del tiempo.
Por tus ojos descubrí que no existe mayor camino que aquel que iluminan tus pupilas mientras te veo y despiertas en mí la paz infinita.
Por tus manos comprendí que no hay mayor cariño que el que das encaminada en la tarea de hacer feliz a un corazón errante y cansado.
Por tu vida descubrí que eres la mayor joya del universo y que debes ser conservada para siempre.
6 comentarios:
babero para el hombre, estás templado tío,
saludos,
jajaja...no sé, como que a veces me da por escribir así... puede ser lo que dices. Aunque aún no se donde está...
saludos
joan
Por tus escritos me sorprendo de lo bello del amor.
saludos otra vez desde canada
Andrea
gracias, a veces uno siente tantas cosas que sólo las puede expresar escribiendo...
cuidate mucho,
Joan
Que feeling.
son momentos "kodak" jajaja
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