Mi soledad y...

Escandalizados están los parpados
cuando al despertar no te ubicó allí
rendida entre los trapos que te envuelven del frío
y masticando vacío frente al viendo arrollador
de las agonías bastardas de lo absurdo.

Lejos ya
de la atmósfera oscura
que rinde pleitesías a la desidia,

allí,
donde te ocultaste de la realidad
e implantaste fluor en las canas de los etéricos seres olvidados
esos míticos y andrajosos que rondan tu neurósis
y hasta quizás
los únicos ludos que frecuentan las palabras
que desean salir de tus labios

Pero lo sé
tú no eres así,
tú escondes onda pena detrás de una capa de silencio
ahuyentas a la multitud
y en cofradía con mi susurro
te clavas como una antorcha entre mis venas perforadas

donde las reconciliaciones que sufren por milenios
renacen de las engendradas marañas de lo inevitable

Es iluso estar así,
tú y yo sabemos que podemos dañarnos,
pero

quizás necesitamos la sangre estrafalaria del otro
y seguimos

!qué confines!, !que milenios!,
que angosto es el camino
me tienes aquí extrañandote
mientras cabas el hoyo de nuestra desesperación aún más

Creería normal si otras almas lloraran lo mismo,
pero no
esta pesadilla es patentada

quizás,
deba revolcarme en el remolino de la calle
dejarme llevar
y avanzar donde las almas no esperan nada y son felices

quizás
deba seguir rodando
con tu risa presente
y las timbradas que caen como un golpe seco en mi alma
que no entienden de talismanes y dragones

necesito tanto de ti
amada plegaria
que el bilis aún sigue brotando de mis letras
y mi poesía
se absorve continuamente a si misma.

Sin que lo quiera
me llevo mi soledad de a pocos
y la hago parte de ese agujero
donde las letras olvidadas
se convierten
en un sueño inalcansable para el alma