domingo, marzo 26, 2006

El sonido del silencio

Hay veces en que me desconecto de todo, la gente me habla, las personas pasan, los ruidos aumentan pero mi mente está en otro lugar, muy lejos de aquí, en un lugar silencioso pero con muchas imágenes y viviendo mil cosas a la vez. Sonrío pero no a la señora que está frente a mi pidiendo que le haga un trámite, ni al señor con su hijo llorón que quiere sacar un DNI Kids, sino sonrío a lo que pasa en mi sueño mientras me veo feliz con cara bonita caminando por todos los lugares inimaginables de Lima y del mundo dándonos un gran beso.

Mi cabeza vuela a mil mientras avanzo por la vida hasta que de pronto una voz que reconozco me dice: “Joan, ¿estás?” es en ese instante que regreso a la realidad y comprendo que al frente está mi compañero de trabajo que me había estado viendo minutos antes mientras hacía un trámite con la vista perdida en cualquier parte. Yo le sonrío y no le doy mayor explicación.

Cuando me desconecto del mundo no puedo calcular el tiempo, pueden ser unos minutos como varios, donde mecánicamente hago las cosas que tengo que hacer pero estoy en otro lugar y con otra persona. Cada cosa que voy pasando me da alegría y veo con mucha gracia la cara de la gente, la seriedad, las colas interminables que desean recoger sus DNIs mientras que yo, recojo los tickets, pongo huellas, oriento a la gente, y río en casi todo el tiempo… es en ese instante que la otra realidad me invade, me hace cómplice de las risas y las conversaciones nocturnas que tengo con cara bonita y con las mil promesas que nos hacemos siempre. El viernes malogré dos documentos por ir pensando en otra cosa, y el sábado fui uno de los que mejor trabajo, es decir, esto de soñar despierto siempre lo compenso cuando veo que me alejo mucho, y me esfuerzo al máximo en pisar tierra. Es difícil para mí, y siempre lo fue, ya que desde que tengo uso de razón viví muy feliz con mi mundo paralelo sin necesidad de estimulantes, que nunca usé por cierto, y en los momentos de mayores problemas existía este refugio como forma de tranquilizarme un rato.

A muchos amigos que sufren de depresión les he dado a entender que esta salida es buena, “canalizar tu mente hacia las cosas que deseas y vivirlas como reales” y ahora que ando desconectándome cada cierto tiempo, descubro que si que vale la pena, sobre todo porque cada vez que retorno a la realidad estoy más animado con todos y me río más de los problemas.

Es allí cuando nuevamente, aquel sonido del silencio me llama a retornar a los túneles del corazón, y yo escucho y me dejo llevar…reposando por un momento y descubriendo lo feliz que uno puede ser cuando sabe que existe algo más allá de todo…

...En los lugares invisibles del sonido del silencio...


7 comentarios:

El Bosco dijo...

Acabo de descubrir tu blog y me ha gustado mucho. Sobre todo porque tengo algo en común contigo: yo también vivo en un mundo paralelo muchos momentos al día. Si no fuera por eso esto sería más difícil de llevar.
Seguiré leyendo, a ver si encuentro esas poesías de que hablas en tu presentación.
Saludos.

Deicidio dijo...

Tienes la cabeza en carasbonitas papay, te van a botar de la chamba. Saludos.

PELO-PON-ESO dijo...

jajajajajajajajajaaj
que buina!
si pues
jajajajaja
que le hare, jajajja

Anónimo dijo...

No sabes como me pasa lo mismo que a ti, en el trabajo solo me miran y no me preguntan nada, aunque ya pronto imagino que me "interrogaran" :p
Son cosas que nos pasan, que me encantan...
Millones de besos para ti

.. Mi vida lejos de todo dijo...

Eso que te sucede, es una hermosa etapa, eso si no descuides tampoco el trabajo...
Estoy muy feliz por ti.
saludos

Andrea (la famosa de los jajaja)

Toronto Canada

bettyylavida dijo...

sí, yo creo que desconectar de ese modo no sólo vale la pena, también es necesario,creo que de lo contrario nos volveríamos locos, si no lo estamos ya...saluditos

Anónimo dijo...

Qué profundo aquello del sonido del silencio!!