domingo, enero 01, 2006

Siempre la vida


Siempre, llegar a un nuevo año es recomenzar un camino que ya se venía transitando con baches y cosas pendientes que están archivadas en nuestra maleta de viaje que es la vida.
¿Y que es la vida?, sino este momento, el instante en que nuestro corazón nos indica que debemos aprovechar los segundos que no son eternos, sino que se van como las olas del mar, los atardeceres, los bailes y tantas risas y cosas locas que hacemos para sabernos vivos y llenos de cariño y dispuestos a dar amor a las personas que más apreciamos. Ayer, caminando por las calles de la vida, disfrute un bello atardecer con mis amigos en la playa el Silencio, donde tomamos y nos reímos mucho hasta que anocheció y nos subimos a un carro que nos regreso a Lima.
Aquí, entre mil propuestas que se nos venían de forma espontánea, decidimos pasar año nuevo 2006 en barranco, en un lugar al que no iba hace años, donde bailamos y bailamos muchísimo y nos sentimos más unidos que nunca a la gente que al igual que nosotros, dejaba un año cargado de experiencias y se enfrentaba a un nuevo sendero. Nadie, en este recorrido, nos garantiza que las cosas nos irán mejor, pero en el simple hecho de tener “esperanza” se resume todo. La esperanza es la que nos lleva a querer hacer mejor lo que no se hizo el año anterior. Luego, ya de mañana, el Medieval, local del enamorado de mi querida amiga Nataly nos recibió con mil abrazos más, hasta que dieron las diez a.m. de hoy, tiempo en el que regresamos a nuestras casitas a descansar.
Lejos de pensar en la utopía de la perfección de un camino, están los deseos de seguir adelante con alegrías y frustraciones, nada más, lo otro es resignarse a todo y eso no es conveniente nunca,
Vivir “la vida”, no importa en que situación nos encontremos, es lo único que nos hará felices. No existe nada más
¡Feliz año 2006!

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