Querámoslo o no siempre nos toca crecer, y dejar en el pasado un momento de vida que nos marco y nos lleno de alegrías y tristezas. Abrimos los álbumes de fotos antiguos y nos vemos más jóvenes, en situaciones que ahora nos resultan extrañas, cosas que no volveríamos a hacer…o quizás si y son parte tan arraigada en nuestra alma que desearíamos nunca haber dejado que se nos pase el tiempo, nunca haber crecido…
Pero lo hicimos porque tenía que darse así la vida, y en ese transcurrir casi invisible en el que vamos asimilando nuevas experiencias y nos vamos volviendo lo que somos ahora, dejamos en el camino regalos que son parte de un presente que se convirtió en recuerdo. Las arrugas aparecerán, la familia aumentará, las convicciones serán otras, las metas también, pero lo que nunca podrá borrarse de nosotros son esos recuerdos que aparecen vivos cuando cerramos los ojos.
Los recuerdos son el alimento del crecer, y el crecer es el sendero de la vida.
Sino crecemos no seguimos aprendiendo.
A veces podemos desear que todo nunca se termine, pero también, descubrimos que crecer es tan normal como aprender a disfrutar de los momentos, aprender a disfrutar la vida.
Querámoslo o no, nuestra alma, por más que el cuerpo se deteriore, mantendrá ese niño que nunca se olvida de los momentos en que no existía más que vivir de las fantasías, sin pensar siquiera que todo algún día tendría que seguir su curso.
…Y así, seguimos creciendo en la vida…así seguimos aprendiendo...
Pero lo hicimos porque tenía que darse así la vida, y en ese transcurrir casi invisible en el que vamos asimilando nuevas experiencias y nos vamos volviendo lo que somos ahora, dejamos en el camino regalos que son parte de un presente que se convirtió en recuerdo. Las arrugas aparecerán, la familia aumentará, las convicciones serán otras, las metas también, pero lo que nunca podrá borrarse de nosotros son esos recuerdos que aparecen vivos cuando cerramos los ojos.
Los recuerdos son el alimento del crecer, y el crecer es el sendero de la vida.
Sino crecemos no seguimos aprendiendo.
A veces podemos desear que todo nunca se termine, pero también, descubrimos que crecer es tan normal como aprender a disfrutar de los momentos, aprender a disfrutar la vida.
Querámoslo o no, nuestra alma, por más que el cuerpo se deteriore, mantendrá ese niño que nunca se olvida de los momentos en que no existía más que vivir de las fantasías, sin pensar siquiera que todo algún día tendría que seguir su curso.
…Y así, seguimos creciendo en la vida…así seguimos aprendiendo...
Joan manuel Flórez Estrada
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