Hoy más que nunca tengo ganas de descansar y quizás, dentro de esas cosas que me ayudan a hacerlo es retornar a ese espacio personal en el que con mi botellita de agua caminaba por las calles de Miraflores mirando las casas, el paisaje y dejándo que mi mente vuelve y vuele muy alto. Luego, llegar a mi casa, sentarme frente a la máquina y filosofar sobre un tema cualquiera y muy simple y dejarme fluir y fluir y fluir.
Todo es tan simple como eso, mientras que mi mente se despeja, no pienso más en temas que nublan la fluidez y la tranquilidad me acompaña, dejándo que pase lo que tenga que pasar cuando sea el tiempo.
Hoy retorne a hacer ejercicios, me esforcé mucho y la pase bien. Ese tipo de tranquilidad que te da después de hacer ejercicios es muy parecido a mis paseos del recuerdo. Y por eso creo que hoy me dio ganas de escribir...
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