lunes, febrero 25, 2008

confesiones en sol

Creo que hoy es un buen momento para escribir. A veces las cosas no se dan como uno las espera. Estoy aquí, en el patio superior de mi casa, donde me divertí tantas veces de niño, aquí vivieron mis perritos por mucho tiempo hasta que ahora sólo me quede con el mayorcito, que es el abuelo de esa generación. Desde este balcón podía ilusionarme tanto, que traía mi pequeña radio y escuchaba de balcón a balcón música con mi vecina que viajo luego a estados unidos a comenzar su vida.
Hoy mi barrio ya no es como el de antes, mucha gente nueva llegó y los años cambiaron bruscamente en pocos años la visión de la gente. La tecnología está al alcance de todos, y las ilusiones, cartas y eso, se resume a correos electrónicos. Adoro la naturaleza, adoro el sol por eso vine hoy aquí, y sobre todo adoro lo simple, las situaciones llenas de amor y sinceridad.
Creo que lo mejor que puede hacer un ser humano es desconectarse por un tiempo y regresar a lo que era. Una creación maravillosa en contacto consigo mismo. Que bello por ejemplo es despegarse del Internet y salir un fin de semana a la playa. Las olas comparten sus movimientos contigo, te enseñan a ser feliz.
Me gustaría poder decir que estoy 100% feliz, pero no todo lo que uno pide a veces se cumple, por eso vengo aquí, para ver si el sol, la compañía de mis perros y este espacio me dicen algo de lo que debo hacer o decir, que me ayuden a seguir adelante. Tengo mi pequeño ipod a un lado, la música no para de fluir y trato de estar feliz por salud personal y desconectado por un momento de las personas.
Creo que no hay mayor alegría que ser uno mismo cuando quiere serlo. Como dice una canción “mañana es otro día mejor” y se que es cierto, cada día es mejor que el otro, y cada instante una nueva oportunidad para ser feliz. Una sonrisa te puede elevar y la compañía de la persona que amas también. Es lo más importante para mi, más que todo lo material, es lindo tener a alguien que te acompaña te ama y te escucha, eso para no tiene precio.
Guardo una esperanza, me aferro a ella y trato a toda costa que se haga realidad, que pueda disfrutar de ese milagro. Hoy, el sol está precioso, no hay ruido y el susurro de la gente se escucha a lo lejos.
Como quisiera poder hacer tantas cosas, pero me siento feliz en este espacio de tiempo, en este instante maravilloso que me dio la vida. Cada palabra que sale de la boca de uno puede transformarse en la mejor oportunidad de hacer milagros en uno. Así es, y estoy feliz de poder navegar por la naturaleza maravillosa de las ilusiones que palpitan hoy dentro de mi ser.

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