jueves, septiembre 10, 2009

La soledad de un cuarto de hotel (Regresando de Santiago)

Los viajes inesperados, son eso, inesperados, no sabes exáctamente que va a pasar, que locuras podrán sucederte ni menos cual será el resultado. Los viajes de ese modo son un riezgo, que siempre alguien quiere tomar, porque le gusta el peligro, le gusta lo nuevo, lo sorprendente.

Así podría resumirse mi viaje Santiago, una tierra muy ordenada, pero que me dio alegría y mucha tristeza a la vez.

Alegría por el viaje en si, por llegar a una nueva ciudad, respirar otro aire, ver la lluvia y encontrarme con una linda chica a quien quise mucho.

Y tristeza por lo inesperado, por no saber más de ella ni menos porqué terminé en un hotel solo y sin su compañía.

Por amor uno hace mucho; paga un pasaje más caro, se presta dinero, compra regalos, escribe poesías, va ilusionado...pero la realidad, la triste realidad te aterriza de plano. De aquel viaje sólo podría rescatar el encuentro con ella y la frase "salta valiente" que me dijo una amiga y que me impulsó a viajar para estar con ella.

Los dos últimos días fueron muy tristes, inesperados; perdido, caminando bajo la lluvia, subiéndome a un metro, luego al bus, avanzando y conociendo lo poco que pude conocer de Santiago antes de partir...

Y sobre el amor, sólo puedo decir que se cerró tristemente un ciclo. Y que nuevamente estoy solo.

¿Será el destino? ¿tenía que aprender la lección?...quizás, pero no saben lo lindo que fue tomar el avión de regreso y estar con mi gente.

Muchas veces las personas no sabes valorar lo que tienen hasta que lo pierden. La importancia de viajar, de cruzar por el cielo, de prestarte dinero, de sufrirla. Del otro lado todo se ve fácil, pero no es así.

Mis días en Santiago me dieron una gran lección, y ahora, como Zorba el Griego, trato de bailar sobre el derrumbe, sonreír y reconstruír mi camino, quitándome las esquirlas que salpicaron en mi ser.

De que aprendí una gran lección, la aprendí. Y espero que algún día sepan reconocer la importancia de haberlo dado todo por un ideal. De haber arriezgado hasta mi vida por amor.

Les dejo la escena final de la película Zorba el Griego.





Ansia en Plaza Francia - Andres Calamaro.


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