miércoles, noviembre 01, 2006

distancia

A veces la distancia es triste, es como un ancla que te jala y no puedes evitar salir volando, es como una caricia seca, un suspiro de polvo, una palabra que se quiebra, la distancia, como los segundos en un reloj de arena, pasa rozando tu cuerpo por dentro, haciendo que tus suspiros se cuagulen, que no puedas y ni quieras intentar hacer algo más que ver pasar las horas así. La distancia consume, como lo hace la razón de ser trunca o la habilidad de escabullirse de los problemas teniendo como única esperanza que todo cambiará pronto. Hay momentos buenos y otros malos, y en todo el recorrido sólo pensar que falto algo que no permitió que el eje siga su curso favorablemente es lo que hace que todo se quiebre a cada paso, la distancia es aquella lluvia de llanto que inunda las calles de melancolía, eso es la vida, y ese es su lado gris al andar.

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