Quizás, antes de hablar y hablar de este tema que de por si llenaría las hojas de grandes recuerdos, puedo decir que el teatro así como la literatura son, y han sido para mi, grandes columnas vertebrales sin las cuales no sería lo que soy.
Hablar del teatro es remontarme a aquella tarde en que vi por primera vez a un grupo de muchachos actuando a unas cuadras de mi casa. Me impresionaba la idea de poder pertenecer a uno de esos grupos y esa tarde, cuando mi madre se enteró de que yo deseaba ser actor, poco más y me bota a patadas de la casa porque “ese ambiente no es muy sano para ti hijo” como me decía. Lo cierto es que fue para mí uno de los más sanos que encontré y sin el cual no hubiera podido sacar ese yo hablador que siempre llevé y que nunca lo deje expresar en mis épocas de colegio. Pero claro, ese es tema de otro escrito.
A pesar de todo, el teatro siempre me llamó y aunque me dijeron que no valía la pena, yo ingresé a ese primer grupo de teatro “sin zapatos muchachos porque hay que respetar las tablas” como decía el profesor Nicolás Fantinato, gran amigo que ahora se dedica íntegramente a esta carrera y que ha logrado éxitos. En ese tiempo él era abogado pero luego dejo todo por esta profesión tan cambiante pero tan hermosa a la vez. Y allí, en el verano de 1993, yo pertenecí al grupo del “Centro peruano de teatro” donde hicimos la obra Los turris y los tahuas, con mi magistral papel de italiano que robó de los espectadores más de un aplauso .
Que hermosos días fueron esos que me llenaron y me llenan de recuerdos de sólo pensar que fue allí donde conocí a mi amigo Cesar Gabrielli padre (que por cierto tiene un hijo del mismo nombre y que es un gran amigo y un excelente actor) a mi amiga Carmencita que siempre me llama a preguntar como estoy a pesar de que han pasado como 12 años de esto, a Julia Garay, amiga de siempre y con quien compartí hace poco tablas haciendo clown, mi amigo Guillermo, con quien, en su carro rojo paseábamos por todas las calles de Lima, y sobre a Alex nanetti, gran amigo que fue en ese tiempo como un hermano para mi, y quien me ayudo a cruzar la frontera del teatro convencional y me hizo llegar hasta 4 tablas.
Desconcertado por los trabajos grupales en ese recinto barranquito tan misterioso, me amoldé a ese grupo tan místico y me hice uno con ellos, corriendo pintado por las calles de barranco, gritando y parándome de manos a pesar de que muchas veces me caía de espaldas. Por lo general se me pasa por la mente que tantos años allí, encerrado para el mundo y viviendo un sueño de actor místico me llevaría a desarrollar el carácter que tengo ahora. Que por cierto es muy reservado pero abierto a la amistad. En 4 tablas conocí a Charito, a Lúcia, a Juan carlos, a Jóse, y a tantas personas que así como yo han sabido ir forjando su camino y pasándola bien entre juerga, momentos duros y actuación.
Otro de los grupos hermosos y eternos que recuerdo es el elenco del IPP comandado por Carlos Gassolds, y como no recordarlo, si de tanto intimar allí pude conocer a Isabel, con la que estuve 3 años de enamorado, a Pierina Less, de la cual me siento feliz cada vez que la veo cantando en la tele, a Daniel Carcelén y a tantos otros amigos que se dedicaron al teatro como es el caso de mi amigo David almandóz, ahora Rambito en la serie “así es la vida”, donde tuve la suerte de compartir un papel con él.
¡Que tales momentos aquellos!, imborrables para un alma como la mía que es como una esponja que recepciona las experiencias y las archiva en cajitas de cristal inviolables.
De allí, para adelante lo que vino simplemente fue una sucesión de eventos y oportunidades producto de la experiencia que me ayudaron a cruzar otros mares y a poder pertenecer al SAIP sindicato de artistas interpretes del Perú, institución de la cual estoy orgulloso, como también, el poder integrarme al grupo de clown Puesta con el chato Gustavo Gonzáles de director y toda la compañía.
Hablar del teatro definitivamente me lleva a revivir los mejores años de mi adolescencia, y sé, que más allá de que haya figurado o no en el medio, eso nunca se olvida y te hace cada vez mejor persona.
Mil éxitos para mis amigos artistas y para los que incursionan en este medio también.
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