Los días esta semana se me hicieron largos, mucho trabajo, palabras encontradas y muy lejos la paz y calma que cada uno necesita.
Mi silencio expresó cada segundo el cansancio. Ese que aparece después de luchar contra mareas de tensiones y malos ratos.
Hoy, más que otros días estoy relajado y con ganas de descansar. No hay muchas voces a mi lado y las que hay aún se pueden aguantar.
Es de mañana aún y el trabajo quizás se haga fuerte, pero mis deseos de salir temprano son más que fuertes. Quizás mañana sea un día de playa.
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