A veces me pierdo entre tus calles vacías y te escucho susurrar a lo lejos las voces anónimas de un alma incolora que transcurre mostrando sus notas discordantes que equilibran mi celeridad. A veces, infiltrado entre tus manos, me dejo llevar por los sonidos lejanos que se mezclan con el alma, ellos interpretan los años de desvelo y caminatas, rescatando de cada espacio parte de las cenizas de lo que fue un fuego devorador y reluciente. A veces, contemplando la nada, me mezclo entre el cemento y las voces, y me elevo muy cerca de la inspiración... aquella que sólo aparece cuando las hojas caen de los árboles confusos de aquel bosque que sólo brota cuando hay una sombra que interpela el tiempo.
jueves, diciembre 07, 2006
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A veces me pierdo entre tus calles vacías y te escucho susurrar a lo lejos las voces anónimas de un alma incolora que transcurre mostrando sus notas discordantes que equilibran mi celeridad. A veces, infiltrado entre tus manos, me dejo llevar por los sonidos lejanos que se mezclan con el alma, ellos interpretan los años de desvelo y caminatas, rescatando de cada espacio parte de las cenizas de lo que fue un fuego devorador y reluciente. A veces, contemplando la nada, me mezclo entre el cemento y las voces, y me elevo muy cerca de la inspiración... aquella que sólo aparece cuando las hojas caen de los árboles confusos de aquel bosque que sólo brota cuando hay una sombra que interpela el tiempo.
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1 comentario:
Eres tremendamente poético. Tal vez las calles arrastren ese dulce néctar de la poesía, como todo lo que destila el tiempo.
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